4 de marzo de 2008

Necesidad

Un corazón enamorado,
una hipótesis terminada,
un reloj de horas detenidas,
una historieta a punto de empezar.

Cayó la tarde y ella no llegaba.
Las estrellas salían en el cielo,
como las gotas de agua en el rocío.
¿Dónde estás que no te veo, amor mío?

Tuve frío y miedo en el silencio,
tal vez había transcurrido un tiempo,
y en mi pecho descubierto sentí el viento
de sus pasos aproximándose a m i encuentro.

¡Hola! Musitaron sus labios con temblor.
En sus ojos negros una lágrima,
en sus manos tiernas una flor.
¿Cómo he de callar el silencio del amor?

Un beso chillón rompió el silencio
y el corazón sus latidos apresuró,
un suspiro se esfumó por el viento
como quien muere sin ataúd... Sin Dios.

No hay comentarios:

Seguidores