24 de febrero de 2008

El carnaval de Tamayo, ¿utopía o realidad?





La palabra carnaval es sinónimo de fiesta, baile y alegría. En la mayoría de los pueblos en los que se celebran, se puede notar en sus gentes la algarabía y el entusiasmo. En el carnaval se celebran y conmemoran las tradiciones de los pueblos, sus culturas, sus vivencias. El carnaval mantiene vivo el interés de la gente por encontrarse con su cultura y antepasados. A raíz de todo esto me surge una inquietud respecto a las fiestas carnavalescas de Tamayo, un pueblo caracterizado por sus fiestas, un pueblo de gente alegre que ha sabido mantenerse a través del tiempo y el espacio, ¿Qué está pasando con el carnaval de Tamayo?
El pasado fin de semana estuve en el pueblo y me encontré con la agradable noticia de que el pueblo está en “carnaval”, pues las carpas y “disco Light” ya estaban en sus “buenas”. Gran sorpresa me llevé al notar que faltaba la tarima donde se llevaban a cabo las actividades culturales. Haciendo gran esfuerzo para poder llevar a mi mente atrás, tratando de recordar ¿cuándo fue la última vez que en Tamayo se llevó una orquesta en las fiestas de carnaval? Lo “lindo” de todo esto está en que ya los juegos tradicionales que anteriormente se llevaban a cabo en estas fiestas han ido desapareciendo.
Ya no se hacen carreras de saco, juego de volleiball, de baloncesto, carreras de bicicletas, la moneda en harina, el huevo y la cuchara, entre otros juegos. La cultura es lo que mantiene vivas las tradiciones de los pueblos.
La cultura es algo inherente al hombre, pues todos nacemos bajo una cultura. La cultura es lo que somos: nosotros somos cultura.
Hoy en día nuestra cultura está siendo reemplazada por otra cultura: una cultura de consumismo desenfrenado. A nosotros los jóvenes sólo nos ofrecen alcohol, alcohol y más alcohol. Creo que hay que ponerle atención a esto que está pasando en el pueblo. Esto a la larga tendrá repercusión e las futuras generaciones. Los niños de hoy en día están creciendo inmersos en este ambiente de consumismo y libertinaje.
Da pena, lástima y vergüenza la gran cantidad de niñas embarazadas que hay en el pueblo, todo fruto del permisivismo de los padres que se pasan el tiempo haciendo lo que no tienen que hacer y desatendiendo lo que realmente deben atender. Ya no es igual que antes, que los padres salían los domingos en compañía de sus hijos, donde les comparaban golosinas y helados. Ahora las cosas son diferentes, los hijos toman alcohol con sus padres. Creo que la raíz de todo esto está en la pérdida de la cultura que ha ido generando el reconocimiento de la nueva cultura del consumismo desenfrenado. Estas es una cultura del que gaste más, del que tome más.
El pueblo de Tamayo necesita de personas que puedan ver más allá de sólo ganar dinero con las ventas de bebidas alcohólicas.
Si ustedes se fijan, cada año las comparsas han ido reduciendo su participación en el carnaval. Es que ya no hay motivación. No se valora el esfuerzo de participación. Los jurados que ponen a evaluar las respectivas comparsas, son personas que no saben lo que hacen pues no tienen la ni la menor idea de lo que es una comparsa. Esto ha generado disgustos entre los participantes, ya que en ocasiones les han dado el principal premio a los haitianos con su “gagá”, en una fiesta donde conmemoramos el aniversario de nuestra independencia, precisamente de los haitianos.
Yo creo que se puede hacer algo para rescatar nuestro carnaval.

1 comentario:

KMK Media dijo...

Hermano, buen articulo, buena de tu parte yo creo que mas que atencion hay que empeñarse del todo en reducir esta practica del consumismo que esta afectando tanto a jovenes como a los niños.

Pero ni tu ni yo solo lograremos eso sin autoridades que nos ayuden a eso, y para mi paraser en nuestro pueblo no hay autoridades.

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