15 de abril de 2016

¿Hasta cuándo?


Yo había visto cosas en este mundo tan difíciles de creer, que me parecía soñar. No obstante, en mí imperaba la ilusión de poder encontrarme con cosas totalmente normales, en este mundo de gente anormal. Caminando por las calles de este pueblo he visto cómo las personas indigentes son maltratadas por aquellos que se hacen llamar personas normales. Mi pregunta es, ¿por qué dañar a las personas indefensas? Hablamos de derechos humanos y demás, pero de lo que se trata es de tener un poco de sentido común. ¿Qué pasaría si uno de esos indigentes fuera tu mamá o tu papá o algún familiar cercano? No creo que se deba llegar a este extremo de no hacer las cosas bien porque no nos afecten directamente. Cuidemos la dignidad de la persona, recuerda que somos hechos a imagen y semejanza de Dios, por lo tanto, todo el mundo merece que se le trate como hijo de quien estamos hechos a imagen.

Para mí es anormal que una persona con "juicio" se burle o maltrate a otra con dificultad de razonar. Este tipo de persona ya ha recibido su paga, como dice Jesús. Su actuar y proceder tendrán una connotación mayor cuando en un futuro se dé cuenta que nadie está exento de perder la razón. Todos tenemos una cabeza razonable que, con todas las dificultades que se van adentrando en nuestras vidas, es casi imposible a que escape a un descontrol psíquico-emocional. Quiera Dios y nadie caiga en una debacle mental antes de tiempo, pero de la misma manera en la que tratamos a los demás, de esa misma manera seremos tratados.

Debemos ser bueno con todos, sin excepción. Todo lo que demos, de la misma manera en que lo demos, así mismo nos serán devueltas. Es como esa pelota que arrojas contra la pared... según con la fuerza que la lances, el rebote será tal cual. Si empleáramos todas nuestras energías en hacer el bien. este mundo de seguro sería distinto. No hace falta esperar a que surja un fenómeno sobrenatural para darnos cuenta de que este mundo necesita más misericordia y menos egoísmo.... Solo sal a la calle y regala una sonrisa.


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