13 de abril de 2016

¿Depresión o hambre?



Una vez alguien me preguntó acerca de la depresión, ya que no sabía con exactitud por qué se deprimía. En lo que a mí respecta, no sé con exactitud la respuesta a este mal, debido a que cada persona tiene una forma muy particular para deprimirse, por lo que no pienso entrar en detalle. Ante aquella pregunta, me dispuse a analizar por qué las personas que se deprimen no suelen identificar la causa exacta, limitándose solo a decir que no saben lo que les pasa. Hace poco me sentía con síntomas de depresión, es decir, me sentía ansioso, nervioso, con la respiración acelerada, la mente totalmente activa (incluso mientras dormía), con deseos de irme lejos, etc. No entendía por qué me sentía así y traté de identificar la causa. Por un momento pensé que eran mis acciones erróneas, o sea, sentí deseo de confesarme y de pedirle perdón a Dios por ciertas acciones que había cometido en contra de mi fe... Fue muy bueno el desahogo, pero seguía igual. Lo segundo que hice fue hablar con mi director espiritual y le dije que me sentía muy extraño, pero que no sabía lo que me pasaba. En ese sentido él me preguntó si estaba enamorado. Le respondí que tenía un sentimiento muy fuerte por una amiga... Él me dijo que debía cortar todo tipo de contacto con ella, y lo hice; pero no tuvo resultado, ya que seguía igual. Y así, mientras buscaba respuestas a mi problema, sentía que empeoraba.

Un tiempo después se me ocurrió contarle lo que me pasaba a personas que habían superado la depresión. Fue muy buena terapia, porque me dieron varias claves para salir de todo ese embrollo. Dentro de esas claves estaba la de visitar a un psicólogo. Esta parte es interesante, por la simple razón de que todos tenemos algún tipo de patología mental, o como se llame, que nos confunden cada vez. Tenemos cruces de sentimientos, emociones y demás, que no sabemos distinguir, por lo que un buen psicólogo es bastante útil. Confieso que no lo visité, aunque no descarto la posibilidad de hacerlo.
Ahora bien, dentro de todas estas cosas que pude hacer para salir de la susodicha depresión, la que más me dio resultado fue la de cambiar de actividad. Me dispuse a dar charlas en las escuelas primarias del pueblo, a hacer ejercicios físicos, a leer y practicar inglés, y a escribir... eso sin contar las demás actividades de la vida cotidiana que realizo.

Ahora que creo haber superado esta crisis, cuando me siento con el ánimo bajo, me pregunto si lo mío es depresión o hambre.

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