4 de abril de 2008

¿Serás un ladrón?

Tan sólo una mirada fue suficiente
Para darme cuenta de tus intenciones.
Lo hacías sin discreción alguna,
Sin importarte el qué dirán de ti.

Supiste aprovechar toda oportunidad,
Tomando cada punto, cada detalle, cada debilidad
Para en el momento menos pensado
Sacar tus garras y como león ante su presa
Sostenerlo y no dejarlo escapar.

Pero tus intentos todos fueron inútiles,
Pues el lugar, el tiempo y la gente
No te lo permitían.

En ocasiones llegaste a perder la paciencia
Por tantos intentos fracasados,
Pero esto no te importaba
Y a pesar de todo continuabas sin flaquear.

¡Qué momento aquel!
Cuando por fin se te dio la oportunidad
En el lugar adecuado.
Sin preguntar te apoderaste de él.
Nunca lo habías tenido en tus manos,
Pero siempre supiste que te pertenecía.

Ahora sí puedo estar seguro que eres un ladrón;
Un ladrón que aprovechando la ocasión
Pudiste robarte la perla más preciosa que ella tenía:
Su corazón.

Desde aquí le pido a Dios
Que desde el cielo nos observa,
Que al momento de juzgarte
No tome en cuenta ése pecado,
Pues, quien se roba un corazón
No es ningún ladró.
Se lo merece por haberlo conquistado.

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