4 de abril de 2008

Alma de marinero


Como ráfaga de viento
Llegaste tú a mi vida
Dando paz y movimiento
A mi barco a la deriva.

Sin ser capitán ni marinero
Inicié la travesía
De recorrer tu cuerpo entero
Con la sapiencia de un mecías.

Como el vaivén de las olas
Mis pensamientos vienen y van,
Me acompañan a todas horas
Con lentitud descomunal.

¿Será posible mi existencia
En esta tormenta de amor,
Hacer las cosas con paciencia
Sin que naufrague mi corazón?

En lo alto de mi proa
Divisaré tu profundidad,
Para adentrarme en tus adentros
Y disfrutar tu inmensidad.

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