27 de marzo de 2017

Corrupción

En los últimos tiempos ha aflorado a la palestra pública diversos casos que hacen alusión a la corrupción que impera en nuestro país.  Esto ha llamado mucho mi atención debido al alto índice de impunidad con que muchos funcionarios públicos cometen estos actos de corrupción, sin que se les apliquen las leyes correspondientes.

El diccionario de la RAE define “corrupción” como la acción y el efecto de corromperse. Esto puede darse tanto a las cosas materiales, como a las personas. Estas últimas suelen ser identificadas como aquellos funcionarios que hacen abuso de poder, de funciones o de medios para sacar un provecho económico o de otra índole. He aquí donde yo identifico un problema muy gordo, por lo que me atrevo a decir que la corrupción no solo es cosa de malos políticos, sino también de todo aquel que se atreva a violentar una ley en beneficio propio. En este sentido, puedo citar varios casos de corrupción que se cometen a diario sin que nadie se atreva a denunciar:

Primer caso de corrupción es cometido por los dueños de estos motores que, aun sabiendo que existe un letrero que les prohíbe parquearlos en ese lugar, no se inmutan y lo hacen. Es claramente legible el letrero que dice “no motores”, sin embargo esto no es impedimento para pasar por alto la prohibición.




De igual manera pasa con el dueño de este vehículo, que también se parquea en este lugar aun sabiendo que el letrero dice claramente “no estacione”. Este acto de corrupción es muy común en nuestros pueblos, y es cometido por todo tipo de persona.



¿Y qué decir de las personas que a diario transitan en vía contraria, como es el caso de este individuo, que aun sabiendo de la prohibición, se presta a violarla, solo por ganarse un par de minutos, acortando la trayectoria? 




Lo que realmente no se acorta es el deseo de hacer las cosas bien. Día tras días nuestra gente está cada vez más acostumbrada a los actos de corrupción, que ya no tiene calidad moral de hacer reclamos o exigir que haya cambio debido a que son partícipes de los mismos. Como es el caso las típicas personas que llegan a las filas y se cuelan para evitar hacerlas.

Y es que al hablar de corrupción, simplemente nos quedamos con la clase política, los encasillamos a todos en la misma canasta, lo cual me parece injusto, debido a que existen políticos de buena formación moral. La corrupción es un mal que afecta a todos los estamentos sociales y no excluye raza, color, pueblo o nación.

Es nuestro deber como ciudadanos luchar porque este país sea cada vez mejor, libre de corrupción y de corruptos. Es algo que debe iniciar por casa mediante la formación de la conciencia del individuo. En casa es donde aprendemos a ser honrados y buenos ciudadanos. No es cuestión de gobierno, escuela o universidad, es cuestión de  educación familiar.

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